La Melesca

PARDITO: EL «TROESMA»

ORLANDO PARDO

 

“La pintura es la fabricación de un objeto para hacer de la vida una obra de arte”

  

por CARLOS LEVY *

En 1930, en el Luján mendocino de aquel entonces, como una protesta al “sentimiento trágico de la vida” -como diría de la muerte Miguel de Unamuno-, nacía el dos de noviembre el vivencial Pardo, Orlando Godofredo Pardo en los papeles y el “Mono”, “Pardito”, “Troesma” para sus amigos más allegados.

Pintor de excepcionales cualidades, retratista, colorista, muralista, no escapa, sin embargo, a tener una infancia de niño, niño aún. Lejos todavía de la pintura y de los avatares del arte, entre las rabonas y las bolitas, los trompos de colores y los volantines que le peleaban un espacio al cielo, soñaba con ser aviador. Crece así este hombre bajito de ojos profundamente azules que miran siempre de frente. De humor, bolsillo y paciencia generosa, cuando habla, siempre sin melindres, pompas ni boatos, sobrevuela la “sobriedad” de los timoratos de turno y establece a su alrededor una fiesta de sorpresas desenvainada de su frondosa y palmaria imaginación.

Nace a la pintura, Pardo, un día antes de inscribirse en la escuela de aviación, cuando, impulsado por su amigo Santángelo, le saca la lengua al destino y decide volar en la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde aprende a amar sus primeros colores. Algunos tiempos después, su espíritu curioso y viajero lo llevan, juntamente con Alonso y De La Motta, a Tucumán. Allí, con Spilimbergo, Pompeyo y Audivert y LajosSzalay, aprende, pinta y comienza a viajar por la vida, viene y va de la alegría a los dolores, se conduele del hombre, se ternurifica a veces o se enoja, errabundea por los caminos y por el alma. Así es como este que estableciera la soltería como estado natural del hombre, éste que burlaba alguna vez su destino de aviador, atrapado por la inteligencia de la bella Chela Arce se convierte, como todo hombre enamorado, al matrimonio.

Escribir de este singular creador y referirse a sus innumerables exposiciones, decir que sus obras figuran en manos oficiales y privadas de media América, que expuso en la Sorbona de París, que obtuvo varios premios y que es conocido vastamente en el exterior; realizar simplemente un frío detalle de sus aciertos como creador, y no contar de su curiosa personalidad, su bonhomía personal y su vasta aptitud para esas cosas de comprender, sería un delito imperdonable para con su persona.

Digamos entonces que Pardito cree en los platos voladores, que sueña con hablar de pintura con un extraterrestre, que lee ciencia-ficción y se olvida de almorzar, que cuando pinta suele poner a veces música de rock a todo volumen y se mueve como un karateca, que el pintor que más admira dice, es Giácomo Lo Bue, porque pintaba también las paredes que un día dejó la brocha y puso una Galería de Arte, que canta “Cambalache” y se apasiona con las buenas historietas. De esta manera un día, bajo el influjo del octavo café a las diez de la mañana, dejó caer en la mesa esta magistral definición de nuestra época: El mundo es una mezcla de Disneylandia y Machu Pichu”.

 

El “Troesma” Pardo vive en Mendoza con su Chela y adorna la casa de Chacras con sus tres hijas, una más bella que la otra Chela, sus 6 nietos y yernos. Pinta y crea todos los días infatigablemente, mientras planea su vieja ambición: terminar el mural que inició en la montaña camino a Potrerillos con sus alumnos de Taller 77. Mientras ecologistas esgrimen sus ingenuas protestas, él sonríe.


Caricatura de portada de Ricardo Embrioni
Publicado en "El Mirador" - Diario Mendoza / Julio de 1983


* CARLOS LEVY: Poeta y escritor. Fue miembro del grupo literario Aleph y de la Sociedad de los Poetas Vivos de Buenos Aires. Ha sido Director de la Biblioteca Pública General San Martín y de Radio Nacional Mendoza. Por su labor fue nombrado Embajador Cultural de la Provincia de Mendoza.

Nota del Editor:

Orlando Pardo murió en la localidad de Chacras de Coria (Mendoza), el 28 de Agosto de 2014. Tenía 83 años.

Nota del Autor:

Me han dicho que murió yo no lo creo, dicen que lo vieron buscando un paredón en Uspallata donde pintar otro mural, y dicen que disfrazado de futre por su gran sentido del humor.


Siguiente Entrada

Anterior Entrada

© 2024 La Melesca