La Melesca

ALQUIMISTA DEL ACORDE Y LA MADERA

 SANTIAGO BÉRTIZ

Sólido guitarrista y luthier, Don Santiago Bértiz ya ocupa un lugar privilegiado en la historia de nuestra música popular. Entrevistado por los músicos Leopoldo Martí y Aníbal Cuadros, el maestro Bértiz se explayó sobre su vida y su obra: testimonio fiel de una época gloriosa del folclore cuyano.

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por LEOPOLDO MARTÍ * / ANIBAL CUADROS *

¿Cuándo nace su pasión por la música, Don Santiago?

– Bueno, nace de muy niño; mi madre y mi padre tocaban la guitarra, y yo de chico ya empecé con la guitarra como una diversión. Antes estaba la LV10 solamente acá, y en 1940, cuando llegó la LV6, “Radio Splendid” a Mendoza (hoy Radio Nihuil), nos acercamos a esta emisora, pero siempre como una diversión entre muchachos. Como Director Artístico de la emisora estaba el Sr. Alberto Rodríguez, entonces nos llamaron y con los pibes que siempre nos divertíamos tocando, formamos un conjunto; con Martín Ochoa, el Dúo Bértiz-Ochoa. Estuvimos un par de años hasta que inauguró Radio Aconcagua”, con Don Julio Pozo, muy amigo nuestro, como Director. Entonces nos llamó para que fuéramos a la inauguración. Entonces allí ya empecé, con 20 años, más o menos; todos éramos pibes, Ochoa tenía 18 años, y formamos el conjunto de la emisora, el conjunto “Aconcagua”, que éramos cuatro guitarras; éramos los músicos estables de la emisora y nos pagaban por mes. Allí acompañábamos a todos los cantores que venían de Buenos Aires y a los de acá. Y fue en esa época que llegó Antonio Tormo. Tormo terminó con “La Tropilla de Huachi Pampa”, se fue a San Juan y lo llamó Pozo para que venga a hacer unas audiciones sueltas en Aconcagua. Fue allí que agrandamos el conjunto, se integra Tito Francia y formamos el conjunto de 5 guitarras. Tito era pibe también, tenía 18 años. El quinteto era Martín Ochoa, Pedro Gullo, Ángel Honorato, Tito Francia y yo. Y en una ocasión se hizo una audición grande, de “Casa Guerrero” y lo pusieron a Tormo como número exclusivo, y tuvo un éxito bárbaro; esas audiciones se hacían los martes y jueves; y allí comenzó el éxito de Tormo. Venía gente de todos lados a escucharlo. Lo que pasa es que en esa época no había cantores solistas de folklore, y Tormo fue el primer solista de folklore, en el año 1944 más o menos. Hay gente que estuvo y aún recuerda esa audición todavía. En esa época empecé a agarrar más vuelo en la guitarra, con Francia, con Ochoa… Empecé a estudiar música y nos hicimos profesionales; estudiamos solos, y dominábamos el instrumento…

¿Cómo era la formación del conjunto? ¿usted qué guitarra tocaba?

– Yo era la primera guitarra, Francia la segunda y Ochoa la octava. Todos tocábamos bien… Tito era el que tocaba más moderno; agregaba unos acordes raros, disonantes, y allí empezó a levantar el conjunto… porque nosotros éramos bien cuyanitos… en las introducciones “tono y dominante” y por ahí poníamos algún otro acorde… Entonces cuando entró Tito Francia se fue formando el Cuarteto Aconcagua, con el cual tocamos muchos años hasta que nos fuimos a Buenos Aires con Tormo.

¿Y cómo fue la idea Tormo y Uds. a Buenos Aires?

– Lo que sucedió es que Tormo fue un éxito aquí. Fueron dos años de un éxito bárbaro. El Auditorio de la Radio “Aconcagua” -hoy “Radio Nacional” en la avenida Emilio Civit-, se llenaba todos los días. Mucho tiempo antes de la audición ya había gente esperando afuera a Tormo. Entonces, al tener tanto éxito, recibió un telegrama de la RCA Víctor de Buenos Aires, que si quería ir a grabar un tema para prueba. Y claro, Tormo nos dice “Vamos, muchachos… grabamos y si nos va bien nos vamos…”. Y fuimos los cuatro guitarristas, porque teníamos todo el repertorio armado. Así que pedimos permiso al Director y nos fuimos, y grabamos dos temas, porque los discos de 78 rpm tenían dos temas: de un lado “Los ejes de mi carreta” y del otro lado “Amémonos”, un vals. Y después nos vinimos… Y usted sabe que a los 15 días ya andaba sonando el disco por toda la República. En las vitrolas viejas, se acuerda, que se ponía una moneda, bueno, ahí andaba Tormo sonando… Fue un éxito. Así que ahí nomás recibió otro telegrama que lo contrataban por un año. Por eso teníamos que irnos para allá, para poder grabar uno o dos discos por semana, porque solo había discos de 78 rpm, con dos temas nomás; todavía no estaba el Long Play. Así que Tormo nos ofrece irnos a vivir a Buenos Aires y nos fuimos tres: Francia, Ochoa y yo, nomás. Y bueno, nos doblaba el sueldo de la radio y nos convenía, así que en el año ’46 estábamos viviendo en Buenos Aires.

¿Cuánto tiempo estuvieron en Buenos Aires?

Yo estuve casi 10 años con Tormo porque Tito se tuvo que venir porque le tocó el servicio militar; y allí compramos casa y entramos en las audiciones de “Jabón Federal” en Radio Belgrano, que fueron muy famosas, y al otro año pasamos a “Galas de Martínez”, en Radio El Mundo, así que eran las audiciones máximas; Tormo estaba en primer plano. En Radio Belgrano tocábamos con siete guitarras, porque nos daban las tres guitarras de la radio… que eran estables… para reforzar más… pero hacíamos todo nosotros. Allí estaban Brussi y Ubaldo De Lío, pero eran tangueros. Después en Radio El Mundo Edmundo Zaldívar (h), Casado y Roble. Zaldívar (h) tocaba folklore, pero los demás muchachos eran tangueros.

¿Y qué música tocaban en esa época?

– Tormo hacía folclore, tonadas, cuecas, canciones, todo cuyano. También “Los ejes de mi carreta”, el vals “Amémonos”. En esa época Tormo levantó mucho el folklore y vendía cualquier cantidad de discos.

Don Santiago, en Cuyo ¿qué otros músicos y cantores había?

– Yo en esa época acompañaba a Hilario Cuadros. Cuando venía Hilario venía con Senra, con Herrera, y nos buscaba a mí y a Ochoa, y lo acompañábamos en todas las giras. Estuve mucho tiempo con Hilario. Muy buen amigo, muy buen compañero… Le gustaba tanto lo cuyano, que después de cada actuación siempre se armaban lindas guitarreadas. Cuando sabíamos que venía Hilario, les avisábamos a los amigos para que no se comprometieran en otra cosa. Y así hacíamos todas las giras. Venía en noviembre y hacíamos Mendoza, San Juan, San Luis, Mercedes. Uh!, en Villa Mercedes cómo lo querían!… llegábamos a los clubes y había gente esperándolo en la calle y a veces no nos podíamos bajar. Gustó mucho Hilario. Con él hacíamos solamente Cuyo. En cambio con Tormo hacíamos todo el país, Uruguay, Paraguay, Chile… salíamos mucho.

Además de Hilario y Tormo, ¿qué otras andanzas musicales recuerda?

– Me acuerdo del año 1962, cuando nos echaron a todos de la Radio y decidimos con Tito Francia formar un dúo, con el cual actuábamos mucho pero siempre dentro del país. Grabamos el disco “Fiesta para Cuerdas”. Gustó tanto el disco que recibimos cuatro telegramas de Japón para que fuéramos los dos; pero no lo pudimos editar y allí terminamos con el dúo. Fue algo muy lindo; grabamos el disco en el Estudio Zanessi en el ’72 , y salió por Odeón en el ’73. El dúo era tipo clásico y también con tangos modernos, de Piazzolla. Allí grabamos Moto Perpetuo, de Paganini, muy difícil, Chopin, para lo cual Tito debió agregar más trastes a la guitarra, para poder tocar un do sostenido. Muchos creían que era un requinto, pero no; Tito llegaba hasta la cuarta posición. Yo tocaba el guitarrón, porque la música de Chopin era sagrada, y había que tocarla en el tono que está escrita, entonces yo tuve que tocar el guitarrón para poder hacer los bajos originales. Con Tito ensayábamos ocho horas. Para la grabación estábamos muy bien preparados, pero bueno, después ya me cansé un poco porque había poco trabajo y yo tenía que mantener a mi familia, a mis hijos.

Pepete Bértiz

Sus hijos eran chicos…

– Sí. Pepete era chiquito. Era un buen muchacho, tocaba muy bien la guitarra; estuvo con Francia y conmigo. Yo lo mandaba a las audiciones. Cuando se terminó radio Aconcagua pasamos a Radio Libertador, y allí iba Pepete con Tito. A Francia le encantaba, porque Pepete ya tocaba muy bien. Cuando se fue de acá tendría 15 años, tocaba muy bien.

¿Puedo hablar de Pepete?.

– Por supuesto.

Pepete y Santiago

– Pasó que vinieron los “Tres para el Folklore” a Radio Nihuil, que eran pibes jovencitos, y Chito Zeballos se retiraba del conjunto porque se iba a estudiar. Eran Luis Amaya, Lalo Homer y Chito Zeballos. Una noche que estábamos cenando, Chito le dice “Mirá Pepete, yo te voy a llamar en cualquier momento”. Y al poco tiempo llega un telegrama diciendo “Venite Pepete que se va Chito”. Así que ahí nomás se fue y yo lo acompañé. Tenía 15 años. Fuimos a Buenos Aires, lo llevé a un hotel y lo dejé con los muchachos. Eran muchachos muy correctos; Homer era muy formal y Amaya también. Me gustó mucho y lo dejé con ellos. Allí siguieron con “Tres para el Folklore”. Y Pepete empezó a tomar vuelo propio. Pero después pasó una cosa. Amaya se fue con Chito Zeballos creo que a Francia; Pepete y Homer quedaron solos y formaron “Las Guitarras Andinas”, que duró poquito. No había mucho trabajo. Entonces pasó a tocar con Julia Elena Dávalos. En una ocasión, estando con Julia van a una audición donde estaba Ariel Ramírez y llegó Mercedes Sosa. Mercedes justo no tenía guitarrista; Kelo Palacios, que era el guitarrista de Mercedes, se va, y le hablaron a Pepete, y parece que fue buena la propuesta. Entonces deja un reemplazo con Julia, el riojano Hugo Casas, y empieza con Mercedes. Esto fue en 1968, más o menos. Con Mercedes cantan “Balderrama” a dúo, que fue la primera pieza que grabaron. Fue una época muy linda.

Y después, ¿Los Andariegos?

– Sí, pero antes que eso lamentablemente Pepete se enferma. Regresa de una gira creo que por Moscú, con Mercedes, y llega a Buenos Aires muy enfermo. Me mandan a llamar a mí, y los médicos me dicen que tenía cáncer en los dos pulmones. En ese ínterin los amigos lo visitan, y como a Pepete le gustaba muchísimo Los Andariegos, lo invitan a formar parte del conjunto y graban un disco muy lindo, “Madre Luz Latinoamérica”. Allí grabaron los cuatro, que eran ellos más Pepete. Fue lo último que hizo antes de morir; se dio el gusto.

Siempre la música cuyana

Y de la música cuyana ¿qué es lo que más le gusta?

– Me gusta toda la música cuyana, porque la he vivido. Desde Hilario, Tormo, tantos músicos con los que hemos tocado juntos. Y con Palorma también; teníamos una audición en Radio Libertador, que se llamaba “De pata en quincha”, que duró un año; ahí fue lo máximo. Yo tocaba requinto cuyano; David Caballero hacía segunda guitarra y Félix Palorma el guitarrón, y cantaba. Viera qué lindo sonaba. Él le puso “De pata en quincha”. ¡Qué músico, Palorma! Él hacía todos los arreglos. Por ahí alguna cosita que metíamos con David, pero lo demás lo hacía Palorma. Y después empezó el dúo con Tito Francia, y luego ya me retiré.

Pero empezó también su etapa como constructor de instrumentos.

– En realidad me empezó a gustar la construcción de guitarras y me entusiasmé tanto con eso que es lo que hago ahora, y además doy clases. También hice muchos requintos, especialmente el cuyano, de doce cuerdas octavadas. Porque el requinto no se conocía en Buenos Aires. El que lo puso en práctica fue Remberto Narváez, del dúo Arbóz-Narváez, “Los Caballeros del Folklore”, y cuando vino a Mendoza todo el mundo lo empezó a tocar. Porque el requinto cuyano era el que tocaba Hilario; las cuerdas dobles en unísono, dos primas, dos segundas, dos terceras. Pero Narváez lo puso octavado; es otra cosa, otro sonido; parece que tocaban dos guitarras.

¿Y cómo era el grupo característico de las guitarras cuyanas?

– El estilo cuyano era como Hilario, primera guitarra, segunda guitarra y octava, más el guitarrón. Después Tito Francia empezó a trabajar a tres voces, cuatro voces, más moderno. Pero, por ejemplo Palorma hacías primera y segunda guitarra, y no le gustaba mucho agregar más cosas; por ahí agregaba un disonante, pero a él le gustaba más lisito, bien cuyanito. Aunque también le ponía algunas cosas “raras”, no? Pero siempre sencillo. Y con Palorma yo tocaba requinto porque él me lo pidió; como yo tocaba requinto cuyano, octavado, parecían dos voces, y la segunda que hacía David Caballero, y quedaba muy bien. Y estaba el guitarrón de Palorma que le ponía unos acordes y unos bajos bárbaros. El rasgueaba mucho con el guitarrón; más bien marcaba los acordes con los bajos. Tocaba muy lindo y acompañaba muy bien con el guitarrón… y yo hacía la primera lisa, pero había algunas introducciones que eran bravísimas.

En otros lugares de Mendoza, en San Luis y en San Juan, ¿cómo era el asunto?

– En San Rafael también había músicos estables de la radio; por ejemplo don Antonio Gallardo, Pereyra, buenos músicos, buenos guitarristas. Pero no recuerdo tanto de esa época en San Rafael. Lo que sí, en San Luis, especialmente en Villa Mercedes, la cosa es distinta. Ahí se vive lo cuyano de otra manera. Hay una tradición más viva desde hace muchos años; desde Alfonsito y Zavala en adelante. Con Alfonso tenemos una cueca y una tonada que las ha cantado Tormo; son letras costumbristas. Con Alfonso estuvimos un año juntos acompañando a Tormo, porque Zavala se fue con Juan Carlos Mareco a España. Después vuelve Zavala, y vuelven a estar juntos con Alfonso; Moreira-Canale era el dúo, y el conjunto creo que se llamaba “Los Arrieros Cuyanos”, o algo así. Canale era el hermano del que cantaba con Tormo. Ese conjunto duró muchos años, grabaron mucho en Buenos Aires

Sus canciones

Y cuéntenos de sus canciones, Don Santiago.

– No tengo muchas; en realidad tengo muchas registradas, porque las registro por las dudas, pero algunas pocas han andado más. Por ejemplo “Vive mil veces quien ama”, una tonada, “Mendoza soy tu cautivo”, otra tonada; “Yo sé por qué”, una cueca con Alfonso; “El Trapiche”, otra cueca. Tengo una cueca que hice en San Luis, “San Francisco del Monte de Oro”; “No hay quien compre un corazón”, tonada; “Río Mendoza”, un vals que describe toda la trayectoria del río; tengo una chacarera que le dediqué a una hija mía, “No sé si te va a gustar”, se llama, y “Pepeteando”, un gato que lo escribí en Buenos Aires como un recuerdo para Pepete; lo grabaron primero “Las Voces del Plumerillo”, y después lo grabó Horacio Díaz con las “Guitarras Cuyanas”, que ya lo conocía y lo grabó muy bien, tal cual lo hice yo, incluso en el mismo tono. Además me invitaron a tocarlo en la presentación del disco, y fue una noche muy linda, muy emotiva. Y eso me alegra, antes de que yo me vaya veo que hay gente que está trabajando por todo esto, me alegra mucho. Sobre todo en Mendoza, porque en San Luis, en Villa Mercedes y en San Juan la cosa es distinta. Lo reciben con una tonada. Los chicos y chicas cantan cuecas y tonadas. En Villa Mercedes lo reciben también así, y aparecen ahí nomás dos pibes jovencitos tocando un gato de Alfonso y Zavala, que lo dejan muerto a uno!. Hay una pasión por la guitarra, y eso sí, todo bien cuyanito. Esa es la herencia de Alfonso y Zavala. Hay una escuela… En cambio en Mendoza hay muchas guitarras buenas pero no tanto al estilo cuyano. Eso está faltando. Pero veo que hay iniciativas por lo cuyano, así que, si me voy, me voy tranquilo.

Gracias Don Santiago.

– Gracias a ustedes por visitarme.


Nota del Editor

Esta nota, sumada a otra filmada por los autores, posibilitó la realización de un video denominado «Historias de vida» dedicado a Don Santiago Bértiz, encuadrado dentro de un programa que implementó la Academia del Folclore de Cuyo.


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* LEOPOLDO “POLO” MARTÍ: Nació en Colón (Entre Ríos). Se graduó en la Cátedra de Guitarra del Instituto Superior de Música de la Universidad del Litoral. Se radica en Mendoza donde se desempeña como docente en la Universidad de Música Popular Facultad de Artes y Diseño de la UNCuyo. en la cátedra de Música Popular Argentina. Destacado intérprete, compositor, arreglador y gestor cultural.
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* ANIBAL CUADROS: Autor, compositor y músico. Solistas, conjuntos y coros interpretan y graban sus temas. Dirigió musicalmente Fiestas de Vendimia, centrales y departamentales. Es uno de los fundadores y director del archivo digital “La Melesca”, historias de Cuyo.

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