PARQUE GRAL. SAN MARTIN
El terremoto de 1861 dejó a la ciudad de Mendoza devastada, en ruinas. Aparecieron graves problemas sanitarios como difteria, cólera, sarampión… Favorecía este panorama la excesiva sequedad del clima -sin alivio por el calor del verano-, la falta de precipitaciones, la escases de agua potable y un sistema sanitario muy deficiente.
por SUSANA FASCIOLO *
Pasaron un poco mas de tres décadas de aquel acontecimiento y en 1896, el entonces Gobernador de Mendoza Francisco Julio Moyano y su Ministro de Obras Públicas, Arq. Emilio Civit, convocan al higienista Emilio Coni para que busque una solución adecuada a tanta problemática. Coni sugiere la creación de un espacio verde para reparar, en parte, las graves dificultades que padecían.
Pero la decisión de la construcción tuvo severas polémicas. Por un lado el oficialismo sostenía que el objetivo era subsanar las deficiencias sanitarias, pero la oposición decía que este propósito solo respondía a fines “elitistas” y que con menos inversión se podían construir cloacas, cañerías de agua potable, dotar a la ciudad de acequias, entre otras opciones.
De todos modos el oficialismo sigue adelante con su ambicioso proyecto y solicita al prestigioso paisajista francés Carlos Thays, que estaba radicado en Buenos Aires, el diseño de un parque que, con el tiempo, se convertiría en uno de los espacios verdes urbanos mas importantes del país.
El Parque del Oeste, nombrado así en sus primeros tiempos, originalmente fue limitado para mendocinos de “buenas familias” (algo de razón tenían los opositores…) que caminaron por el rosedal, se sentaron en los bancos de las glorietas o pasearon sus vehículos por las recién inauguradas calles. Una red ferroviaria, inicialmente utilizada para el traslado de material de la excavación del lago, se convirtió en un tren de pasajeros que recorría el parque hasta el antiguo zoológico, situado frente a la Escuela Hogar. En lo que fue la estación luego funcionó la Dirección de Parques y Zoológicos. Afortunadamente tiempo después, esta gran obra fue habilitada para el disfrute de todo el pueblo mendocino.
El Parque se diseñó con más de trescientas hectáreas forestadas y casi un centenar en expansión. Las especies verdes se trajeron de distintas partes del mundo y su riego, inicialmente manual, se ha venido realizando por “manto” a través de las acequias que lo recorren, con agua que llega generosa del deshielo de las altas cumbres de la cordillera de Los Andes. Las circulaciones fueron resueltas en formas curvas elípticas, con un ordenamiento muy cuidado, en interesantes perspectivas. El paso de las estaciones asombra por la infinidad de colores de las distintas especies, según sea otoño, invierno, primavera o verano, formando sorprendentes espacios “arquitectónicos” en los distintos prados. Es como encontrarse dentro de una escenografía realizada con muros arbóreos, estupendamente agrupados por colores, alturas y tiempo de crecimiento. Obra de la visión de Thays, que con infinita sabiduría dejó este privilegio que hoy disfrutan quienes lo visitan.
Dentro del Parque se encuentran, el Parque Aborigen, creado para la preservación de la flora autóctona; el Rosedal, diseñado por el primer arquitecto mendocino Raúl J. Álvarez; un lago de mil metros de largo por cien metros de ancho conformando ocho hectáreas de espejo de agua y una isla que ha atesorado ricas historias; la Fuente de los Continentes también conocida como de las Américas y los Caballitos de Marly, realizados en mármol de Carrara, réplica de los existentes en los Campos Elíseos de París.
También alberga numerosas instituciones como el Museo de Ciencias Naturales “Cornelio Moyano”, hoy ocupa el edificio ex Playas Serranas; el Estadio Malvinas Argentinas, construido sobre parte del viejo autódromo, para el Mundial de Fútbol de 1978; la Ciudad Universitaria, principal centro estudiantil de la región; la sede de la Fundación Cricyt-Conicet, un centro científico y tecnológico; el Anfiteatro Frank Romero Day, donde se desarrolla el acto central de la vendimia, el festejo más popular y representativo de Mendoza; el Hogar Escuela Eva Perón, declarado Monumento Histórico Nacional; la casona de la Dirección de Recursos Renovables, donde funcionara la primer emisora «LOU Radio Parque» en 1924 y también alojó al recién inaugurado Museo Provincial de Bellas Artes en 1928; el Teatro Pulgarcito, un mágico espacio artístico enclavado en medio de la floresta; la Rotonda, un ámbito histórico de reunión social; el Observatorio Meteorológico Nacional creado en 1936, hoy dependiente de la Universidad Tecnológica Nacional; el Cerro del Pilar, que en 1913 cambió su denominación por Cerro de la Gloria con el majestuoso Monumento Nacional al Ejército de Los Andes inaugurado en 1914; lo que fue el Parque Zoológico provincial en los faldeos del Cerro; entre otras.
Y los clubes: Mendoza de Regatas; Independiente Rivadavia; Golf Club; Andino Tenis; Mendoza Tenis; Hípico y Gimnasia y Esgrima que fue escenario, en la década del ’30, de algunas de las primeras fiestas vendimiales.
El acceso al Parque, por la Av. Emilio Civit, se hace a través de unos imponentes Portones, fabricados por una empresa siderúrgica de Glasgow (Escocia) y que quedaron sin dueño al ser derrocado el Sultán Rojo de Turquía que los había encargado. Entonces fueron comprados en París por el gobierno de Mendoza y emplazados en su lugar actual en 1908.
Hoy el Parque General San Martín se muestra en toda su magnitud, después de más de ciento veinte años de su fundación. Sus plantas han llegado a su punto óptimo de crecimiento y entregan a los mendocinos y turistas todo su esplendor, un orgullo para las generaciones pasadas, presentes y futuras. Gracias a la visión de sus hacedores, es posible gozar esta maravilla verde enclavada en una tierra desértica.
CARLOS THAYS
Nació en París (Francia) en 1849 y muere en Buenos Aires (Argentina) en 1934.
Arquitecto, naturalista, paisajista, urbanista, escritor y periodista. Hacedor de las más importantes obras paisajísticas de toda la Argentina, donde realizó lo mas trascendente de su carrera. Fue nombrado Director de Paseos de la Ciudad de Buenos Aires en 1891, puesto que ejerció hasta 1920.
Entre sus obras se destacan:
En Buenos Aires: el Jardín Botánico, el Parque 3 de Febrero, los Bosques de Palermo. Además hizo intervenciones en el Parque Centenario, Parque Lezama, Parque Patricios, entre otras obras.
En el interior del país: el Parque de la Independencia de Rosario; el Parque 9 de Julio en Tucumán; el Parque Urquiza en Paraná; el Parque Sarmiento en Córdoba; el Parque General San Martín en Mendoza; el primer proyecto del Parque Nacional Iguazú en Misiones; entre otras.
Además realizó diseños en infinidad de residencias y cascos de estancia en todo el país.
A su vasta y fructífera trayectoria lo siguieron su hijo Carlos León y luego su nieto Carlos Julio. También su bisnieto es Ingeniero Agrónomo.
Tradición familiar que continúa el camino trazado por el genial Carlos Thays.
* SUSANA FASCIOLO Nació en Buenos Aires. Arquitecta egresada de la Universidad de Mendoza. Se ha dedicado al interiorismo y al diseño de amoblamiento. Ha publicado los libros "Juan Carlos Fasciolo - del científico al hombre" editado por la EDIUNC (2010) y "Cuentos no tan cuentos" (2015).