FAVIO, LA DEMOCRACIA Y DESPUÉS
por JAVIER OZOLLO *
Favio: un cineasta mendocino pero un cine en y de Buenos Aires
Leonardo Favio nació en Luján de Cuyo, Mendoza, el 28 de mayo de 1938, con el nombre de Fuad Jorge Jury. Vivió una niñez plagada de privaciones, rupturas y cambios.
En Mendoza comenzó a escribir libretos radiales, pero casi inmediatamente se trasladó a Buenos Aires donde tienta suerte como actor en un papel mínimo en «El Angel de España», de Enrique Carreras, en 1957. Al año siguiente comenzó a afirmarse en el medio, con intervenciones en «El jefe» y «El secuestrador».
En 1960 realiza su primera experiencia detrás de las cámaras, con «El amigo» u cortometraje en el que se insinúan muchos aspectos que habría de desarrollar en obras posteriores. Su primer largometraje fue «Crónica de un niño sólo» (1964), película a la que seguiría «Este es el romance de Aniceto y la Francisca, de cómo quedó trunco, comenzó la tristeza…y unas pocas cosas más», estrenada en 1967. De esta misma época data, también, una de sus obras más alabadas por la crítica: «El dependiente», sobre un cuento de su hermano ZuhairJury. Precisamente fue con esta obra que Favio comenzó a tener inconvenientes con la censura (el film fue catalogado como de «exhibición no obligatoria», lo que significó la quita de cualquier apoyo oficial por parte del INCA).
Motivado en parte por los reveses económicos que le significaron estas primeras experiencias, se lanzó, sorpresivamente, a la canción melódica, ámbito en el que habría de cosechar un singular éxito y que le brindaría auxilio en no pocas ocasiones para solventar buena parte de sus películas.
Su consolidación como director llegó con «Juan Moreira» (1969) y «Nazareno Cruz y el lobo» (1975). Con la caída de Isabel Perón en el gobierno (26/03/1976) Favio, de reconocida militancia peronista, comenzó a vivir una etapa signada por recurrentes idas del país. Restablecida la democracia, trabajó en diversos proyectos que nunca llegó a concretar, incursionando esporádicamente en el mundo de la canción. Hacia 1990, finalmente, comenzó la realización de «Gatica, el Mono», película que estrenó recién tres años más tarde con un singular éxito de recaudación y crítica. Su obra última es «Sinfonía de un sentimiento» una miniserie que retrata la gesta peronista, y que fue lanzada al circuito comercial a través de entregas esporádicas, en los puestos de diarios y revistas.
Como se ve en esta reseña biográfica el desarrollo de Favio como cineasta se realiza enteramente en la ciudad de Buenos Aires, por lo que casi no hay rastros de una influencia del director en la Provincia de Mendoza.
Sin embargo, y en la medida en que el estilo cinematográfico de Fabio deja su sello en todo el ambiente nacional, si hubieron realizadores locales que fueron influenciados por este estilo. Tal es el caso de Francisco Sarli, que realizó el film “Viña en celo” en los años de la última dictadura militar. Participó de esta película el elenco de teatro de la Universidad Nacional de Cuyo y, lamentablemente, la cinta fue secuestrada y nunca volvió a saberse de ella.
El cine en Mendoza en democracia
Con la recuperación de la democracia, evidentemente, la actividad cultural en el país y en general fue reconstruyéndose.
En Mendoza y en el ámbito cinematográfico, particularmente, esta recuperación fue lenta. Durante el periodo dictatorial una forma resistente, que se desarrolló en mayo medida en los últimos años de la dictadura fue el fenómeno de los cineclubes, que si bien tuvieron su apogeo a finales de los sesentas y principios de los setenta se mantuvieron, aunque con enormes dificultades durante los años del 76 al 83.
En especial el Cine Club Mendoza fue una agrupación destacada pues alrededor de ella se vincularon personas amantes del cine y algunos realizadores. De este grupo surge la primera producción importante en 35mm, el film se llamo “Crisis” y fue dirigido por Héctor Tokman y Humberto Carribero en 1990.
También alrededor de esta producción y con el apoyo de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Godoy Cruz, se gestó en esos años la primera Escuela de Cine de la provincia de donde saldrían la gran mayoría de los realizadores actuales.
La Escuela Regional de Cine y Video, por un lado y el microcine “David Eisenchlas” de la Municipalidad de Mendoza, por el otro, nuclearon a la gran mayoría de los realizadores mendocinos, artistase intelectuales interesados en el cine que dieron el impulso a las realizaciones mendocinas actuales.
Algunos filmes realizados durante los noventa dan muestra de la actividad de estos grupos, tal es el caso de «Encuentro sospechoso», de Mario Herrera (docente de Escuela Regional de Cine y Video) y de «El tajo» de Cristina Raschia (fundadora de la sala David Eisenchlas).
Indudablemente y sobre todo por el lado de la Escuela de Cine se generarían los desarrollos más importantes a nivel cinematográfico en la provincia.
El impulso que muchas veces dieron producciones de Buenos Aires o extranjeras, fue fundamental a la hora de señalar los inicios de los productores locales. Este es el caso de la serie televisiva “El Jardín de los infiernos” filmada entre 1994 y 1995 con técnicas cinematográficas. Esta producción que llevó adelante una empresa privada vinculó, sobre todo, a alumnos de la escuela de cine con los técnicos y productores venidos desde la Capital Federal. En este proyecto se forjarían la mayoría de los realizadores actuales. Lo mismo ocurrió con la producción “El cóndor de oro” que complementó lo desarrollado en términos de formación de recursos por el “Jardín de los infiernos”.
* JAVIER OZOLLO: Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Cuyo; magíster en Ciencias Sociales por FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales); diplomado en Ciencias Sociales por FLACSO y licenciado en Sociología por la Universidad Nacional de Cuyo.