La Melesca

EL CINE EN MENDOZA – Parte 2

FILM ANDES

EL GRAN PROYECTO MENDOCINO

De notable trascendencia en la historia de la cultura cuyana, Film Andes constituye el proyecto industrial cinematográfico de mayor relieve de nuestra región. Aquí, la segunda parte de la historia del cine en Mendoza, en palabras de un especialista.

 

por JAVIER OZOLLO *

 

La cultura mendocina, que como hemos visto se había vuelto ampliamente cinéfila durante las décadas precedentes, estaba fecunda para que a principios de la década del cuarenta se comenzara a gestar la idea de una empresa de producción cinematográfica. Seguramente, como ocurre muy generalmente, la concreción fue producto directo de la casualidad y la voluntad de un puñado de personas, sin embargo sólo fue posible porque convergieron en Mendoza los factores causales que se han expuesto. La actividad del vino y la cultura mendocina venían estrechando lazos, en un proceso significativo que tuvo como éxito rotundo la Fiesta Nacional de la Vendimia. Es decir, no fue la primera vez que lo artístico y lo vitícola se unían, sino que desde 1936 (en forma oficial) ambas actividades habían confluido en una de las fiestas más importantes del país. Seguramente el éxito de la celebración vendimial jugó algún papel secundario en el emprendimiento cinematográfico.

La idea de una empresa cinematográfica se había desarrollado entre el núcleo más avanzado, dinámico y creativo de los empresarios locales, que si bien estaba sustentado por los bodegueros (y entre ellos, los de mayor capacidad innovativa), incluían a personajes de distintas instituciones mendocinas (el ejército o la política, por ejemplo) y también de la pequeña burguesía intelectual de la época.

El grupo de empresarios que se reunía en torno a la idea de generar un emprendimiento industrial cinematográfico en la Provincia tiene una fuerza destacable en función tanto de su representatividad de distintos sectores como de su capacidad empresarial propia.

02 Aldo_Fabrizi_1952

Aldo Fabrizi

Los datos y las versiones de cómo entraron efectivamente en contacto los actores que establecerían las bases de la empresa, son escaso y confusos. Sin embargo, es muy probable, como señalan muchos testigos de la época, que las primeras ideas de una industria cinematográfica en Mendoza provinieran del actor italiano Aldo Fabrizi (“Roma cittàaperta”, Rossellini, 1946; “Guardie e ladri”, Steno/Monicelli, 1951; “C’eravamo tanto amati”, Scola, 1974; entre otras). Como nos comentó en una profunda entrevista que le hiciéramos en 1995, el maestro Vitorio “Papi” Stocco: “Fabizi había asistido casualmente a Mendoza y conversó sobre la idea con varios de los empresarios locales”. Es muy factible, también, que la llegada a Mendoza del actor estuviera relacionada con los contactos que mantenía en Italia el empresario Arturo Santoni, quien sería el alma mater de la nueva empresa. Santoni era oriundo de Italia y, como se verá más adelante, era un empresario que incursionó en diversos rubros, siempre con una mentalidad innovativa. En la personalidad de Don Arturo debe buscarse seguramente la habilidad y el empuje que requerirá la nueva empresa.

Luego de las llamadas informales, las innumerables citas de café y varias reuniones previas, algunos empresarios entusiasmados con la idea a mediados de 1944, comienzan a reunirse en el viejo local de la Unión Comercial e Industrial de Mendoza (U.C.I.M.), en la calle Patricias Mendocinas 1.155, a fin de redactar el estatuto de la nueva empresa. Este emprendimiento no sólo suponía un beneficio directo para los accionistas de la nueva empresa, sino que también beneficiaba indirectamente a numerosos sectores de la Provincia. De allí que comenzaran a aparecer notas en los diarios como “Industria prospera puede ser el cine en la zona de Cuyo” o también que visiten, en el local de la UCIM, a los pioneros cinematográficos, funcionarios y sindicalistas vinculados directamente al ramo como el Director de Turismo, señor Antonio Mosquera Suárez y los representantes de la Casa del Artista (entidad que nucleaba a locutores, músicos, artistas y empleados de radio) el 7 de septiembre de aquel año.

La propaganda informal sobre la nueva empresa en los medios, no se hace esperar: el 7 de septiembre de ese año habló por radio Mosquera Suárez sobre sus impresiones del nuevo proyecto. El 12 del mismo mes disertó por Radio Aconcagua, a pedido de la comisión pro “empresa cinematográfica”, el señor Sixto Vila Ruiz secretario de redacción de la revista Sintonía y miembro del comité ejecutivo de la Federación Argentina de Periodistas. Dijo entre otras cosas que: “….ojalá algún día en el pórtico de entrada a Mendoza se lea: “llegamos a Mendoza la tierra del sol, del vino y del buen cine”. Las adhesiones de los distintos sectores de Mendoza fueron permanentes; así, por ejemplo, los comerciantes de Mendoza sacaron una solicitada en el Diario Los Andes apoyando la iniciativa.

03. Logo Film AndesDebemos destacar aquí el papel que la prensa jugó en favor de impulsar la industria cinematográfica en la provincia. El ambiente cultural mendocino de la época se volvió, como se ha dicho, rápidamente cinematográfico, entre otros factores por la insistencia de los medios de comunicación al respecto. A las primeras reuniones de Film Andes, asiste el señor F. A. Albasio, persona vinculada a las empresas radiales, y allí expresa que ofrece “la más amplia y desinteresada cooperación de la red de Emisoras “Splendid” a la nueva empresa”. El anuncio provoca sostenidos aplausos por parte de los asistentes a la reunión y, de alguna manera, ejemplifica la presión pública que coadyuvó a la fundación de Film Andes.

Es decir, que la expectativa generada por un emprendimiento de esta naturaleza, convoca rápidamente a las “fuerzas vivas” de la provincia, que externamente apoyan a los pioneros. Ello no es de extrañar pues, como se ha visto en los capítulos precedentes, el ambiente cultural mendocino tiene altas aspiraciones y una trayectoria, sobre todo en lo referido al cine, nada despreciable.

Los interesados comienzan a reunirse en la Casa del Cine, que funcionaba en la calle Buenos Aires 161. Allí deliberan sobre las posibilidades de iniciar actividades cinematográficas en la provincia. Para ello designan una comisión provisoria (que preside el Dr. Lorenzo Soler) encargada de estudiar todo lo relativo a la formación de una sociedad anónima que desarrolle la actividad, debiendo presentar una información detallada en materia de estatutos, financiación y dirección de la empresa en la próxima asamblea. A continuación se procede a firmar el “Acta de fundación”.

Finalmente, el 23 de septiembre de 1944 en la confitería “La Negra”, se constituye Film Andes S.A. – Filmadora Argentina Mendoza.

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Firma del Acta Fundacional de Film Andes

Las primeras filmaciones en Buenos Aires

El año siguiente a su fundación, las autoridades de la empresa inician el arduo proceso de la organización formal de la compañía. Así, en abril de 1945 Film Andes ya tiene personería jurídica, en mayo se publican los estatutos en el Boletín oficial de la Provincia y en agosto cuando Film Andes divulga por los diarios de la época un artículo llamado “Paz en la Tierra”, con motivo de la finalización de la guerra, la empresa informa del local provisorio en el cual han comenzado a trabajar, situado en San Martín 1178 2° piso, propiedad de Santoni. Como nos comentara el Sr. José Blanco, que fuera empleado administrativo de Film Andes: “Posteriormente la sede de la empresa se trasladaría a la calle 9 de julio 1221, luego de la construcción de los estudios, en ese local funcionaría el área administrativa de Film Andes, principalmente las tareas de cobranzas de acciones y pago a proveedores”. En diciembre del mismo año renuncia del Dr. Lorenzo Soler al cargo de presidente de Film Andes, para dedicarse exclusivamente a su actividad política. Lo reemplaza don Arturo Santoni, verdadero artífice del desarrollo posterior de la empresa. Al día siguiente, en una entrevista, el nuevo presidente destaca las gestiones que se llevan a cabo en Buenos Aires para realizar los primeros filmes y también que se está solucionando el problema de la película virgen (cuyo bloqueo se ha explicado anteriormente como efecto de la neutralidad argentina en la guerra).

04. Afiche No_salgas_esta_nochePero mientras estas instancias se desarrollan en relación a la empresa, el clima cultural de Mendoza, rápidamente, se vuelve más “cinematográfico”. Ejemplo de ello es el estreno del film “No salgas esta noche” (García Buhr, 1945), antes que en Buenos Aires, con presencia del elenco y de gente de la compañía cinematográfica Lumington. De igual manera el apoyo de los medios de comunicación al reciente emprendimiento no cesa y en la audición de Radio Aconcagua, “La hora del cine”, Antonio de la Vega, miembro del directorio, diserta en nombre de la flamante comisión de Film Andes.

Terminada la organización formal, los ejecutivos de la empresa comienzan el periodo de las realizaciones concretas. En efecto, probablemente el año más importante para el cine en Mendoza sea el de 1946. A finales de marzo los asambleístas de Film Andes habían anunciado un ambicioso plan para realizar cuatro películas en el transcurso del año. Con una proyección de este tipo, de haberse mantenido en el tiempo, el emprendimiento, hubiera asegurado eldesarrollo de la industria en Mendoza. Es decir, que con un promedio de cuatro películas anuales y en un lapso de tiempo estimado de diez años, manteniendo el negocio cinematográfico cierta factibilidad desde el punto de vista económico, Mendoza podría haber mantenido y desarrollado una industria cultural como la que aquí se pretende.

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En abril de 1946 ya había comenzado el rodaje de la primera película (“El gran amor de Bécquer”, A. de Zavalia, 1946) y meses después, con la inauguración del cine Teatro Cóndor, producida en junio de 1946, los directivos de Film Andes ven la posibilidad de tener una sala en exclusividad. El cine Cóndor era la sala más avanzada del momento y la de más reciente inauguración. No sorprende, entonces que los propietarios de la sala y los empresarios de Film Andes firmen un acuerdo de exclusividad por el cual el cine se compromete a exhibir todas las películas que realice Film Andes y la cinematográfica tiene la obligación de dar exclusividad al cine en los estrenos de sus películas.

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Delia Garcés y Esteban Serrador en «El gran amor de Becquer»

El apoyo que los medios de difusión realizaron para impulsar el emprendimiento de Mendoza se vio acompañado por un esfuerzo sustantivo que la propia empresa realizó a fin de difundir las actividades y el propósito de la compañía. En este sentido, Film Andes impulsó, con cualquier motivo, la difusión de lo cinematográfico. Ejemplo de ello es que, cuando se cumplen veinte años de la existencia del cine sonoro, la empresa anuncia una serie de programas radiales simultáneos que conmemoran el evento. De esta manera Mendoza se transformó en una ciudad cuyo interés abarca, entre otros, los distintos aspectos de la cinematografía mundial.

Desde el punto de vista de la gestión empresarial y más allá de la situación externa que favorecía el desarrollo de la cinematografía, inevitablemente el desarrollo de Film Andes, en aquella época (1947), pasaba por dos núcleos fundamentales: primero, el abaratamiento de los costos de producción, manejando todo el proceso en Mendoza (hasta el momento las peliculas habían sido realizadas por Film Andes pero en Buenos Aires y con su tecnología y recursos humanos) y segundo controlando la distribución. Es decir, una mejora en los niveles de acumulación de capital y de las posibilidades de reinversión tenía varias alternativas: producir en Mendoza para abaratar costos de contratación, lo cual requería a su vez de mayor inversión pues se debían hacer estudios locales; también aumentar el capital de la empresa, y por último, asegurarse la distribución de las películas de la empresa de tal manera de obtener mejores recaudaciones.

El primer paso fue la solución del proceso distributivo a través de la adquisición de “P.Y.A.D.A.” – “Productores y Artistas de América S. A.”, empresa porteña que sostenía una importante porción del mercado de distribución en la Capital Federal y que había distribuido las películas producidas por Film Andes hasta este momento. Esta compra no es secundaria, como podría parecer a simple vista, y tiene como telón de fondo la puja que enfrenta a los productores contra distribuidores y comercializadores que se está dando en todo el país. Como ya lo exponíamos en el capítulo dedicado al cine argentino, la puja entre la producción y la distribución sería el gran drama de la industria cinematográfica nacional. Drama que, por distintos motivos y a lo largo de la historia del cine argentino, casi siempre se saldó en beneficio de las segundas y en perjuicio de las primeras. La opción de Film Andes de controlar por sí misma una compañía distribuidora es, desde este aspecto, sumamente inteligente. Los distribuidores, en términos generales, lo eran primero de los filmes extranjeros y muy secundariamente de las cintas nacionales. Por ello, muchas veces, los productores vendían a precio fijo una película y los distribuidores se quedaban con la mayor ganancia si esta tenía éxito de taquilla. Si el proceso de Film Andes se hubiera mantenido, la compra de P.Y.A.D.A. hubiera mejorado ostensiblemente, en el tiempo, su performance económica.

06 b.Afiche Lejos del cielo

El segundo paso se dio, luego del estreno de “Lejos de Cielo”, poniendo a la venta una mayor cantidad de acciones, que fueron tomadas por muchos ciudadanos mendocinos. De esta manera los empresarios buscaban recuperar parte de su inversión y tener un capital adicional para nuevas películas. Según nos han referido nuestros entrevistados, la venta de aciones permitió la ampliación de dinero disponible para las 12. El_misterio_del_Cuarto_Amarillopróximas realizaciones, pero no fue lo suficiente como para que los empresarios pudieran recuperar parte del capital. Por ello estos tuvieron que resignarse a esperar futuras ganacias y, finalmente, la aventura fue a pérdida de los capitales invertidos por los empresarios involucrados. Ello a pesar de que, como decía Aldo Santoni, hijo de Arturo: “la 13. Afiche Corrientes... 1949gente hacía cola para comprar las acciones”. Las acciones fueron compradas por mucha gente que no pretendía, necesariamente, obtener una gran renta con las mismas. Prueba de ello es la cantidad de ventas de una o dos acciones.

Para esta época ya se han filmado: “El gran amor de Bécquer”, “Corazón”, “El hombre que amé”, “El misterio del cuarto amarillo”, “Estrellita”, “Corrientes calle de ensueño”, “El alma de los niños”, “Hombres a precio”, “La pícara cenicienta” y “Lejos del cielo”.

Los estudios y las películas hechas en Mendoza

Concomitante con el estreno de “Lejos del Cielo”, Film Andes había terminado la construcción de los estudios de la empresa en Godoy Cruz, a pocos metros del puente Olive, que en aquel momento prometía ser una zona industrial muy particular, la dedicada a la cinematografía. La película utilizó el nuevo equipamiento y parte de ella se hizo en los estudios que todavía no se inauguraban.

Merece un párrafo aparte el papel de Jack Hall. Este estadounidense contratado especialmente por Film Andes, a sugerencia de Carlos Borcosque con quien había trabajado en Estados Unidos, fue la “cabeza” cinematográfica de la empresa. Es quien asesoró en relación a los proyectos cinematográficos a desarrollar, asistió en la producción o dirección de las películas que filmó Film Andes y tuvo una amplia participación en la construcción de los estudios de Godoy Cruz. A él se le atribuye la idea de la distribución de los edificios y de las maquinarias necesarias para rodar las primeras películas.

Las amplias edificaciones están preparadas con los adelantos de la época y son inauguradas oficialmente con un lunch que festeja el éxito, obtenido por “Lejos del cielo” en todo el país.

Los estudios se encontraban a 7 kilómetros del centro de la ciudad y toda la planta ocupaba un terreno de 5 hectáreas, de las cuales una se encontraba ocupada con la edificación de los estudios y las otras cuatro eran para filmar exteriores. Para ello estas últimas contaban con árboles, plantas decorativas, un lago artificial y vivero de plantas finas y flores. Tenían una galería de 30x40x17 metros de construcción antisísmica, con cabríadas de hierro de las que se podían colgar hasta 300 toneladas, 10 camarines individuales y 2 camarines colectivos para extras.

Equipo de exteriores

En cuanto al equipamiento técnico, los estudios poseían: 1 cámara Mitchell NC completa, con lentes tratados y 1 cámara Cameflex completa con chasis de 30 y 120 metros, 1 “dolly”, cámaras fotográficas, 1 equipo de grabación de sonido Western Electric de 35 mm (densidad variable) montado sobre camión para usarse tanto en interiores como exteriores, equipos de grabación magnética, mesa de grabación y 1 grabador de discos.

También contaban con una sala de proyección y doblaje, equipos intercomunicadores, sala de compaginación con una moviola, laboratorio fotográfico, equipos para trucos de lluvia y viento, sala de maquillaje y peinado, sastrería y guardarropa, carpintería mecánica, yesería, tapicería, pinturería, fundición de metales, mecánica y tornería, materiales de iluminación completos marca Mole Richardson, tableros automáticos de control remoto, un grupo electrógeno diesel de 124 Hp para emergencias, material standard de escenografía completo para la galería y elementos accesorios completos; edificio de administración con oficinas: de empleados administrativos, de producción, de publicidad y de dirección, para escenógrafo con mesa de dibujo y demás accesorios; biblioteca; bar y restaurante.

Como curiosidad, llama la atención que al lado de los estudios se comenzó a construir un barrio, entre el límite norte y el paredón sur del cementerio de Godoy Cruz, incluso actualmente muchos de los antiguos vecinos del barrio, lo llaman “Barrio Film Andes”.

A principios de septiembre de 1950 llega a Mendoza Carlos Borcosque para filmar la novena película de Film Andes, “Alegría”, (que se estrenaría con el nombre de “El alma de los niños”) y a finales del mismo mes empiezan el rodaje con la participación del actor niño Julio Esbrez y el mendocino Vito Acquaviva, entre otros.

16. El alma de los ninos 1950

«El alma de los niños» historia basada en el terremoto de San Juan

Film Andes no sólo estaba generando un importante grupo de especialistas en la industria cinematográfica, sino que también “importaba” recursos humanos de alta calidad para el desarrollo de la empresa en distintos ámbitos. Así pasaron directores que dejaron su huella e importantes productores que trabajaron codo a codo con nuestros pioneros, como el caso de Julio Lofiego (ex gerente general de Lumington y que había producido, entre otras películas, “Los tres berretines”, Susini, 1933) que se incorporó en diciembre de 1950.

09. Estrellita 1947

«Estrellita» (1947)

Esta década, única para la industria cinematográfica de nuestra provincia, que se desarrollaría bajo la protección de un Estado Nacional fuertemente distributivo (y que tal cual se caracterizó en párrafos anteriores, tuvo como especificidad económica el trasvaso de los grandes excedentes producidos por la agricultura y la ganadería hacia los sectores industriales), iba a dejar una huella indeleble, no sólo entre los entendidos o los empresarios que intentaban desarrollar, al compás de los tiempos, una industria de punta, sino también en todos nuestros comprovincianos. Estos no sólo vieron reflejarse en la enorme pantalla de plata sus paisajes, sus rostros y el nombre de los conocidos en los créditos iniciales, sino que también les afectaría el mismo trajín de la vida diaria. Así, un día de otoño, sorprendidos en plena siesta, vieron cómo en la calle Necochea a metros de San Martín “un grupo de locos” con modernos aparatos rodaban escenas de “La pícara Cenicienta”, dirigida por Francisco Mugica y que contaba con la participación del galán de la época, Jorge Rigaud.

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«El hombre que amé» (1947)

 Film Andes se promociona como una empresa próspera; el 16 de marzo de 1952 publica la emisión de $ 500.000 en acciones ordinarias, informa que tiene 5.000 accionistas, estudios propios por más de $ 15.000.000 y que ha realizado 11 películas (El gran amor de Bécquer, Corazón, El misterio del cuarto amarillo, El hombre que amé, Estrellita, Corrientes… calle de ensueños, Hombres a precio, Lejos del cielo, La pícara cenicienta, El alma de los niños y Rescate de Sangre).

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Narciso Ibañez Menta – «Corazón» (1947)

La década de 1950 es de una gran actividad cinéfila en Mendoza. Es el periodo de las grandes salas y en el que el cine es un acontecimiento social y artístico. No es de extrañar que los diarios de la época informen que, para el estreno de “Juana de Arco”, de Bergman, debe adelantarse el horario de la función en el cine Mendoza para evitar aglomeraciones. Es también el tiempo en que la cinefilia mendocina comienza, aunque tibiamente, a ser reconocida en festivales y concursos nacionales. Seguramente importantes son los galardones obtenidos en la entrega de premios de la Asociación de Cronistas Cinematográficos correspondiente a la producción de 1951. Hay dos premios para Mendoza: 1° Mario Soffici; mejor actor por su actuación en “El extraño caso del hombre y la bestia”, 2° Margot Cottens, revelación femenina por su actuación en “La pícara Cenicienta”, producción de Film Andes.

19. El_carteroEl año 1952 concluye, en el aspecto cinematográfico, con la noticia que anuncia el rodaje de la próxima película de Film Andes, cuyo título provisorio es “El cartero”, que dirigirá Homero Cárpena. Esta cinta se rodó con exteriores en Godoy Cruz, Chacras de Coria, La Puntilla y la propia ciudad de Mendoza. El 10 de enero del año siguiente en un muy publicitado concurso se elige a una actriz para “El cartero”. Entre 51 señoritas fue elegida Gloria Falsa (luego eligió como nombre artístico: Yaya Falsa). De acuerdo a lo acostumbrado en la época se realiza un espectáculo donde intervienen los participantes del filme, en este caso la principal atracción la constituyó el galán de la película -Tito Luciardo- que cantó un tango con el cine-teatro Avenida lleno. El sistema de elección había dado tan buen resultado, sobre todo como medio publicitario del film, que por ello unos días después, en el Club Andes Talleres se eligen bailarinas que participarán en el filme. En “El cartero” no sólo trabajarán artistas nacionales (como la joven Beatriz Taibo), sino figuras importantes de nuestro medio como Mary Lewis, artista que, radicada en Mendoza, traía consigo las experiencias cinematográficas de Ferreyra y las teatrales de Alberto Vaccareza.

20. El ultimo Cowboy

«El último cowboy» (1954)

También la empresa tiene algunos éxitos en la distribución de sus   películas. En uno de los cines más importantes de San Pablo (Brasil) -el “Marrocos”- se estrena la película de Film Andes “Corazón”. En no más de tres meses “El último cow-boy” fue terminada en un trabajo único para el interior del país, más allá de la importancia de los intérpretes (recuérdese que Augusto Codecá fue uno de los más importantes humoristas de los años cuarenta y cincuenta). La producción fue impresionante. Un ejemplo de ello es que para la escenografía se construyó una calle réplica del Far West norteamericano de 140 metros de largo y con algunos decorados que simulaban edificios de dos pisos, obra de Julio Emilio Papini.

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Calle del Far West en un set Film Andes

Afiche El mal amorMás allá de algunos tropiezos de taquilla (aunque las películas tenían un gran éxito en Mendoza, su aceptación era disímil en el país), la economía de la empresa era suficientemente sana como para mantenerse, pues, bajo la protección que daba la ley de cupo de pantalla. Se aseguraba una recaudación mínima que alcanzaba a cubrir los costos de producción.

Hasta 1955 Film Andes había producido dieciséis filmes y tenía en carpeta dos más, que profundizan el acento local: “La Chapanay” y “Álamos talados”, sin embargo todo iba a cambiar con la asunción de un nuevo gobierno a nivel nacional.


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* JAVIER OZOLLO: Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Cuyo; magíster en Ciencias Sociales por FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales); diplomado en Ciencias Sociales por FLACSO y licenciado en Sociología por la Universidad Nacional de Cuyo.

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