La Melesca

FLORECER EN GUITARRAS

Una aproximación a la música de Mendoza

 

El nacimiento de nuestra música popular de raíz folclórica, con las características que hoy conocemos, encuentra sus orígenes entre mediados del siglo XIX y principios del XX. En el transcurso de esta historia, en cada rinconcito de este ancho suelo que nos ve a diario nacer, ha brotado la música.

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por ANIBAL CUADROS * / NICOLÁS SOSA BACCARELLI *

Sin bien existen ritmos folclóricos actualmente considerados comunes para todas las regiones (o casi todas) como la zamba, la cueca, el gato, el vals, etc, en cada región del país florecieron ritmos distintivos y característicos. Enunciemos los más conocidos.

Carnavalito o huayno, takirari, bailecito y vidalas son típicos de la zona noroeste del país, con profunda influencia del altiplano andino. Por su parte, el chamamé, galopa, valseado, rasguido doble y chamarrita se interpretan en la región del litoral, extensa zona fluvial colindante con Paraguay, Brasil y Uruguay, desde donde se fueron mixturando con las músicas regionales. La chacarera, el escondido y la chaya viven en Santiago del Estero y demás provincias del centro oeste. Los ritmos típicos de la pampa húmeda son la milonga, el triunfo, la huella y la cifra. Finalmente el loncomeo y la chorrillera, de raíz mapuche, nacieron y habitan nuestra Patagonia donde recibieron una notable influencia de la araucanía chilena.

Cuyo adentro

De manera similar, la región de Cuyo, enclavado en las estribaciones iniciales de los Andes Centrales, también recibió de Chile, en sus comienzos, el bagaje musical europeo de los siglos XVIII y XIX. Las clases acomodadas mantuvieron devotamente la dependencia a las tradiciones musicales del viejo mundo, de las que derivaron expresiones cuyanas como la sajuriana y el cuando (mezcla de minué con gato), entre muchas otras. Estas composiciones se escuchaban en frecuentes tertulias musicales que se desarrollaban en casas de familias tradicionales y acomodadas, excluyendo al resto de la población, la mayoría residentes de las zonas suburbanas y rurales.

A modo de resistencia los sectores populares fueron creando espacios propios. Así el rancho, el boliche, la enramada y la chingana se convirtieron en lugares elegidos para cultivar sus expresiones culturales. Esta situación posibilitó que del lado de los excluidos comenzaran a aparecer creaciones con reminiscencias temáticas de aquellas que les llegaban de escuchas furtivas. Los músicos populares carecían de los conocimientos necesarios para reproducirlas fielmente, sumado al escaso conocimiento técnico para la ejecución instrumental. Aquí nos referimos a aquellos instrumentos que llegaron con la colonización -posteriormente adoptados- como el piano, también los instrumentos de viento y de cuerda; entre ellos, la guitarra. Cabe destacar que la guitarra es un instrumento accesible al ejecutante de conocimientos rudimentarios y por ello tuvo una gran difusión. Luego, al intentar profundizar su estudio, se convierte en un instrumento cuyo manejo presenta enormes dificultades.

Hilario Cuadros y Los Trovadores de Cuyo fueron importantes referentes.

Así fue que las expresiones musicales populares cuyanas se acompañen casi exclusivamente con guitarra, instrumento fundamental e insustituible, con el aporte de parientes cercanos como el requinto y el guitarrón. Los cultores regionales desarrollaron naturalmente una singular destreza en su ejecución. Esa manera de pulsar el instrumento, donde se destaca una digitación admirable para producir arreglos originales, con armonizaciones complejas logradas casi de manera natural, en dúos, tríos o cuartetos, lo distingue entre los intérpretes de la música popular de raíz folclórica del país. 

Dúo Oyarzabal Navarro junto a la Orquesta Filarmónica de Mendoza

Así se fue cimentando una identidad que posibilitó un universo distinto con ritmos más vivaces y picarescos como el gato y la cueca cuyana, junto a otros que respondían a formas líricas, relatos épicos o contenidos románticos como los valses, estilos y tonadas, que hoy perduran e identifican plenamente a la región.

Dúo Budini Romero, nuevas formas de interpretación con reminiscencias típicas.

Influencias

La asimilación de la región de Cuyo -que desde su creación perteneció a la Capitanía General de Chile- al Virreinato del Río de la Plata, produjo una modificación radical de la sociedad, originando una paulatina mixturación de su música con los géneros existentes en distintas regiones argentinas y otros que aceleradamente llegaban. Es necesario recordar sucesos históricos puntuales que posibilitaron estos cambios significativos: la llegada del General San Martín con ideas independentistas y la creación del ejército de los Andes marcaron profundamente a los cuyanos.

El posterior advenimiento del ferrocarril trajo aparejado un enorme caudal de inmigrantes, desde diversos confines del planeta, para establecerse definitivamente con sus costumbres y su música.

Dúo Nuevo Cuyo mantiene formas tradicionales puras

Recuerdo

No quisiéramos terminar esta aproximación a la música mendocina sin rendir homenaje a esas grandes figuras de nuestra música popular que contribuyeron a su formación y evolución, muchos de los cuales todavía están, anónimamente, entre nosotros. Vaya este modesto pero sincero recuerdo hacia ellos, a modo de reverencia y de intento de conjurar la indiferencia y el olvido hacia quienes ya ocupan un sitio privilegiado en la historia de nuestra cultura y que desde este espacio trataremos de recuperar para el conocimiento general.

Orquesta de Guitarras «Tito Francia»


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* ANIBAL CUADROS: Autor, compositor y músico. Solistas, conjuntos y coros interpretan y graban sus temas. Dirigió musicalmente Fiestas de Vendimia, centrales y departamentales. Es uno de los fundadores y director del archivo digital “La Melesca”, historias de Cuyo.
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* NICOLAS SOSA BACCARELLI: Periodista y abogado. Columnista y colaborador de medios gráficos de Argentina y México, entre ellos, el suplemento Cultura de Diario "Los Andes" de Mendoza. Es uno de los fundadores y director del archivo digital “La Melesca”, historias de Cuyo.

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