La Melesca

EL DANDY DEL FOLK CUYANO

CARLOS MONTBRUN OCAMPO

Más cercano a la «boite» que a la peña, de riguroso smoking y con una copa de coñac sobre el piano, se transformó en una figura insoslayable del canto popular cuyano.

por GREGORIO TORCETTA *

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Fue uno de los primeros en difundir las canciones y danzas cuyanas por los medios masivos (radiofonía) de las primeras décadas del siglo XX, instalándose en Buenos Aires desde los años ‘30, grabando discos y difundiendo su obra en Argentina y parte de Sudamérica, a la par de figuras tales como Hilario Cuadros, Antonio Tormo, Buenaventura Luna, Alberto Rodríguez, Ismael Moreno, Félix Dardo Palorma, entre otros.

Carlos Montbrun Ocampo, había nacido en Albardón, San Juan, el 26 de enero de 1896. Descendiente de franceses por línea paterna y de una tradicional familia riojana por la materna, se crió en un ambiente de tinte aristocrático, pero prefirió aparecer como un «gaucho falsificado» dice el historiador Ernesto Fluixá.

Mostraba una elegancia, una fineza, que chocaba a algunos sectores del ámbito popular, aunque sí gustaba de sus temas. Pero él tampoco era de compartir los festivales populares. La sociedad sanjuanina de buena posición socio-económica, lo apreciaba a él y su arte.

Otro de sus contemporáneos, Jorge Darío Bence apunta: «…era un hombre de buena estampa, vestía la ropa tradicional, o vestía de smoking, le daba lo mismo, era un gentleman, y esa misión la cumplió complaciendo a la gente de sociedad, por encima de lo popular…»

Eso, tal vez, generaba un rechazo en  los sectores populares, que preferían a Los Trovadores de Cuyo o La Tropilla de Huachi Pampa, grupos que interpretaban repertorios más camperos.

Dúo Ocampo Flores

Su primer éxito artístico, el dúo Ocampo-Flores, eligió esa denominación intentando ocultar los apellidos paternos de sus integrantes, Carlos Montbrun y Hernán Videla, y de esta forma, escapar al rechazo que esta actividad podía conllevar entre sus allegados. Al respecto cuenta Alberto Montbrun: «…como eran muy jóvenes, formaron el dúo y se pusieron los segundos apellidos. Su madre, que era mi tía María, no vinculaba a los Ocampo-Flores con su hijo, porque si no, lo echaban de la casa.»

ENTRE SAN JUAN Y MENDOZA

Marambio Catan

Se radica en Mendoza en 1915. Forma el “Dúo Marambrún”, con  Juan Carlos Marambio Catán en los primeros años de la década de 1920. Se casa con María Adela Tourres a mediados de esa década. Integra el “Dúo Monte-Pardo”, con Alberto Quini en los últimos años del mismo decenio y llega a Buenos Aires a principios de 1930. Allí forma el “Dúo Ocampo-Flores”, con Hernán Videla Flores hasta principios de 1940. Dirige el programa radial Las Alegres Fiestas Gauchas desde mediados de 1940 hasta promediar 1950 desde Radio Splendid, retransmitido a todo el país por esa cadena de emisoras. Realiza numerosas grabaciones discográficas, especialmente para el sello Odeón. Se presenta en locales nocturnos porteños, principalmente en Mi Refugio.

Según el trabajo «Intersecciones sociales en la circulación y recepción de Carlos Montbrun Ocampo», de Octavio Sánchez, el compositor y músico vuelve repetidas veces a San Juan como artista consagrado para participar de espectáculos masivos organizados por el “cantonismo” en la década de 1940 y presentaciones en radio durante toda su carrera. Hacia mediados de los años cincuenta se radica en Mendoza junto a su familia provincia donde  funda las peñas El Patio y El Refugio.

El 4 de junio de 1962, Carlos Montbrun Ocampo fallece en la localidad mendocina de Godoy Cruz.

En la tercera fundación de Buenos Aires

En 1930 migró a Buenos Aires, en un momento en el que la música folclórica argentina comenzaba a conquistar públicos más nutridos en el marco de grandes transformaciones socioeconómicas, caracterizadas por un acentuado proceso de industrialización con centro en Buenos Aires, que impulsó una ola de migración interna a partir de 1930, del campo a la ciudad y de las provincias hacia la Capital. Esto fue denominado La tercera fundación de Buenos Aires.

Su producción como compositor lo ubica como uno de los artistas más populares de nuestro país.

Entre sus éxitos encontramos las cuecas «Entre San Juan y Mendoza», «En Ullún están chayando», «El albardón» -todas estas con Videla Flores- «Las dos puntas» – con letra de Osvaldo Rocha -,  el vals «Gris» -con letra de Luis J. Bates-, la zamba «Emblemas argentinos», «La Totora», y la «recopilación» del vals «Amémonos», entre muchas más. Además del piano ejecutaba varios instrumentos y cantaba con voz dulce y suave.

Señala al respecto, Octavio Sánchez: «Su personalidad artística y su obra atravesaron las fronteras sociales habituales de los espacios de circulación y recepción de músicas cuyanas de base tradicional. Por un lado, sus composiciones poseen temáticas muy populares, y algunas han alcanzado gran masividad, como las cuecas ‘Las dos puntas’ y ‘Entre San Juan y Mendoza’ o los gatos ‘El chupino’ y ‘El buen remedio’. Por otro lado, su figura y su música tuvieron fuerte presencia en estratos sociales muy distintos a los transitados por los demás músicos protagonistas de la fundación mediatizada de los géneros cuyanos». 

Nivel social alto

Pero más allá de su procedencia, él como artista también se movía en un estrato social alto, tanto por el público que presenciaba sus actuaciones, en sus distinguidas peñas, como por la imagen que él se había construido como intérprete.

Entre la segunda mitad de la década del 40 y la primera mitad de la del 50, la música y las danzas folclóricas habitaban tanto en las peñas provincianas de Palermo y Flores como en los cafés y confiterías de Avenida de Mayo (La Querencia) y las boites y night clubs de Barrio Norte (Achalay Huasi, Mi Refugio, Mi Rincón, etc).

Avenida de Mayo en la década del ’30

Según se narra en el entorno de los cultores cuyanos, Carlos Montbrun Ocampo fue el único músico de folclore que participó de la recepción oficial ofrecida al Príncipe de Gales en su visita a la Argentina en 1925.

También estuvo con Walt Disney cuando vino a nuestro país en setiembre de 1941.

Esta situación de estar vinculado con la clase dirigente se prolongó más tarde en sus últimos años en Mendoza; aquí mantenía una estrecha relación con destacados empresarios.

Señala Octavio Sánchez: «Su vinculación con las tendencias políticas regionales y nacionales puede ser leída al interior de las ambigüedades del populismo, ya que con frecuencia sus dirigentes pertenecen a la clase hegemónica pero usufructúan del universo simbólico de las clases subalternas. En este sentido su participación en las manifestaciones populares organizadas por estos gobiernos reforzó la circulación de su obra en el contexto popular y a su vez colaboró, aunque en menor medida, a la construcción de su imagen como intérprete aliado de esa clase dirigente».

 

Vistió de gala al folclore

Incluyó en sus interpretaciones instrumentos que hasta entonces eran poco comunes en la música folclórica cuyana, tales como piano, arpa y violín. Más allá de estas innovaciones interpretativas, la figura de Montbrun Ocampo ha quedado asociada principalmente a la del músico solista más precisamente a la de cantante/pianista.

Un dato curioso: aunque muchas de sus composiciones hablan del vino y sus efectos, él no tomaba esta bebida, sino whisky o preferentemente, coñac.

Más cercano a la boite que a la peña, ha sido siempre recordado de riguroso smoking, sentado al piano, con la copa de coñac sobre el instrumento, como un distinguido caballero del folk cuyano.


gregorio-torcettabyn* GREGORIO V. TORCETTA: Escritor, periodista, poeta y autor mendocino. Escribió sobre artes y espectáculos en los diarios “Mendoza”, “Los Andes” y “MDZ” de Mendoza. Colaboró con la revista “Folklore” de Buenos Aires. Autor de canciones y publicó los poemarios “Un poco de mí” y “El canto vano”. La cantata sinfónica “Los duendes del agua y la piedra” y el poema coral “Mendoza, cantata fundacional” llevan su poesía. Es uno de los fundadores de la revista digital “La Melesca” historias de Cuyo.

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